
Flores más representativas y su significado
Lirios blancos: pureza y espiritualidad
El lirio blanco es uno de los grandes protagonistas de Todos los Santos. Representa la pureza del alma y la espiritualidad. Es habitual encontrarlos en ramos y coronas funerarias porque transmiten serenidad y respeto en momentos de recogimiento.
Crisantemos: eternidad y recuerdo
En muchos países europeos, el crisantemo es la flor por excelencia para honrar a los difuntos. Su simbolismo está ligado a la eternidad y al recuerdo duradero. Sus múltiples colores —blancos, amarillos, rojos— permiten crear arreglos personalizados y muy significativos.
Claveles: amor eterno
Los claveles, especialmente en tonos blancos y rojos, se asocian al amor eterno y a la admiración hacia quienes ya no están. Son flores resistentes y duraderas, ideales para cementerios, ya que soportan bien el paso de los días al aire libre.
Rosas: cariño y homenaje
Las rosas son universales en su simbolismo. Una rosa roja evoca amor profundo; una blanca, inocencia y paz; una rosa amarilla, amistad y gratitud. En Todos los Santos, suelen integrarse en centros y coronas como una forma personal de rendir homenaje.
Gladiolos: fuerza y respeto
Con su porte erguido, el gladiolo simboliza la fortaleza del carácter y el respeto hacia la memoria de la persona fallecida. Son flores muy presentes en los arreglos fúnebres, ya que aportan solemnidad y elegancia.
Margaritas: sencillez y pureza
Las margaritas, con su aspecto simple pero delicado, representan la inocencia y la pureza. Se suelen utilizar en arreglos para recordar a los más jóvenes o a quienes destacaban por su carácter alegre y sencillo.